Tras dejar todo él equipaje en el apartamento salimos hacia las pistas, mapa en mano. A pie tardamos 20′, aunque los de fondo opinan que puede ser más rápido. Para un saltador como yo, ni loco, pero ellos se lo plantean.
La llegada al estadio va despertando recuerdos dormidos de hace 13 años, cuando él campeonato también fue aquí.
En esa época, la organización ponía un “shuttle”, un bus lanzadera que pasaba por todos los hoteles y albergues de la organización. Además con la acreditación teníamos todo él transporte público gratis. Los tiempos han cambiado. Él shuttle solo pasa por los dos hoteles más caros y él transporte público ya no es gratis.
En él frontal del estadio ya no pone Athletion, ahora se llama Ceres. Recojo mi acreditación aunque no voy a competir. Una bolsita con él dorsal, la acreditación, él book y una entrada gratis al Tívoli, pero no podemos montar gratis en ninguna atracción.
Está toda la zona merchandising. Antes podías encontrar buenas ofertas Outlet. Ahora cada vez es más caro. Este año no le he prestado atención, tampoco a los stands de los próximos campeonatos. A ver si algún día me pasó.
En él estadio están haciendo las eliminatorias de 100 de chicas. Hacemos en general buen papel. Se clasifican bastantes. Algunas ganando su serie.
Él tiempo va loco. Cambia constantemente. Ya pronto cae un diluvio, cómo hace viento o sale el sol y te quema. Él “four seasons in a day” escocés aquí es “four seasons in an hour“.
Mientras tanto llega él resto del grupo que ha venido en coche desde Barcelona. Esta claro que nos van los viajes largos.
De vuelta a casa llega la organización del espacio. Para mí el sofá. Esperamos no haber hecho demasiado ruido y molesto a los vecinos. Sigue él descubrimiento de la casa. La dueña se ha dejado realmente todo. Cosas que no diré por discreción pero curiosas y contradictorias.
Al final, sobre la una nos hemos explicado nuestros viajes y se tranquiliza todo.