Dia 31 de Julio,  Lunes – Aarhus – Marselisborg Dyrehave

Dia 31 de Julio, Lunes – Aarhus – Marselisborg Dyrehave

A pié:  13,2 km – 2 h i 40 min – (azul claro)
En coche: 5,5 km – 23 min – (azul oscuro)

Continuamos en Aarhus.
Hoy vamos a visitar un parque, el Marselisborg Dyrehave, que visitaron unos del grupo en el que hay ciervos en semi libertad. Dyrehave significa “parque de ciervos“.
Estos ciervos no son nada tímidos. Están acostumbrados a la presencia humana y en cuanto ven que tienes zanahorias, chuches para ellos, que venden en la entrada, se te acercan en manada y te avasallan. Que un perro se te suba es una cosa pero que lo haga un ciervo es una cosa muy diferente. Si llevas comida en alguna bolsa, ojo, también te la pueden quitar.

Hemos visto entre 50 y 100 ciervos de diferentes especies que campan a sus anchas por este parque y precioso. Sólo junto a la entrada se pueden arremolinar una cincuentena de ciervos. Hay un camino que sube por una colina pero no lo seguimos porque aquí ya tenemos más ciervos y corzos de lo que podemos asimilar.

Luego, siguiendo un maravilloso camino bajamos a la playa en la que había un embarcadero circular de madera, sobre el agua por el que podías pasear. Nos volvió a caer el chaparrón de cinco minutos habitual que aguantamos perfectamente bajo los árboles y luego salió el sol. Esto es Dinamarca.

De vuelta al coche no podemos evitar volver a entrar al parque de los ciervos (la entrada es gratuita), pero esta vez nos adentramos un poco más y vemos que es mucho más grande de lo que pensábamos. Nos encontramos con otras manadas, algunos de especies de diferentes de ciervos o corzos. No entendemos del tema.

El parque es sencillamente maravilloso.

De ahí a las pistas para ver las semifinales de 400 m. femenino que corre la chica del grupo. Cuarta, lástima. Sólo las tres primeras de cada serie pasan a la final.

 

Luego a casa a descansar un poco y por la tarde a descubrir un poco más de Aarhus haciendo tiempo para la cena con uno de mi club con el que he quedado. Con la chica del grupo que ha corrido el 400 por la mañana nos topamos con el museo de arte moderno, cerrado ya, con un mirador circular de 360 grados de colores que me fascina fotográficamente.

Encontramos también los juzgados y luego damos un paseo por calles llenas de restaurantes hasta llegar a la Catedral.

Luego, al volver por la calle peatonal, llegamos hasta la Iglesia Católica de nuestra Señora y allí nos reciben con una copa de vino.
– Blanco o negro – nos preguntan.
Es el aniversario del nacimiento de San Ignacio de Loyola y, después de una ceremonia, para la que han dispuesto todas las sillas en torno a un centro, al estilo protestante, lo están celebrando invitando a vino a los que se acercan a la iglesia. Curioso.
No saben lo peligroso que es invitar a vino a atletas que no están muy acostumbrados a ello. Todo ello despierta nuestra locuacidad y hablamos un rato con los dos voluntarios de la puerta, un par de vikingos grandotes y con una brasileña que habla un poco de español/portugués y que tiene algún papel de la comunidad. Luego hablamos con el cura, muy joven, que nos explica que es la única iglesia cristiana de Aarhus y que los cristianos son solo un 20% en Dinamarca. Son jesuitas, por supuesto.

Ya es tarde y he de llegar a mi cita. Enfoco a mi compañera en dirección a casa, espero que llegue, y voy a ver mi compañero de club que me espera a la puerta del hotel. Son las 20h. he aprendido del otro día. Nos tropezamos con otro atleta y acabamos en el Bodegaen, donde no pudimos tomar la cerveza el otro día. Tiene unas vistas al canal muy bonitas así que cogemos una mesa junto a las ventanas.
No se cena mal aunque las mini hamburguesas que me pusieron a mi picaban como demonios. Los platos de salmón a la parrilla, tremendos.

De vuelta a casa, otra vez fotos a la calle del apartamento y el anochecer de Aarhus.

Algún día conseguiré lo que quiero, y de nuevo bromas en el apartamento sobre mi supuesta vida juerguista y sobre mi compañera de paseo que parece ser que llegó con la copa aun en la mano.

Dia 30 de Julio, Domingo- Aarhus – Moesgaard y reunión vikinga

Dia 30 de Julio, Domingo- Aarhus – Moesgaard y reunión vikinga

 

 

Caminando: 8,8 kms – 1h 44′ (azul claro)
En coche: 17.5 kms – 1h 7′ (azul oscuro)

Hoy toca museos. Vamos a ver el Museo Moesgaard. Tengo interés por ver la exposición permanente sobre los vikingos que tienen y luego iremos a una reunión vikinga con mercadillo y otras actividades que hacen junto a la playa.

El día aparece amenazador, para variar, lo cual no es óbice para que nos hayamos despertado sobre las 6 de la mañana por la luz que entraba por las ventanas.

Al museo iremos 4, el resto compiten o entrenan.

El Gps nos lleva por la costa donde podemos ver un precioso paseo con gente corriendo, en bici o patines. Un poco más adelante nos encontramos con un coche que están sacando del agua. Todavía chorrea colgado de una grua. No sabemos que ha pasado pero de la carretera al agua hay un buen trozo. Había que estar muy pasado para llegar hasta allí.

Empieza a llover justo cuando estamos aparcando en un parking situado al lado del museo, pero vamos preparados así que apenas nos mojamos.

Estuve en este mismo museo en el 2004 y no se parece en nada. Han hecho un animalada de cemento en forma de rampa, espectacular. Yo recordaba algo mucho más pequeño.

El museo es carillo, Son 144 Dkk, sobre los 20€, pero vale la pena y hay dos exposiciones, la vikinga y otra sobre la evolución de la cultura humana. ¡Qué bien! Dos de mis temas preferidos como arqueólogo y medio antropólogo.

La primera que vemos es sobre la evolución humana, tanto biológica como cultural. Ya en la entrada hay unas reproducciones a escala natural que van desde Lucy e incluso antes hasta Stephen Hawking. Impresionantes

Pero luego explota hasta el máximo las nuevas tecnologías y hacen de la exposición algo fascinante. Si es permanente hay que verla. Incluso hay un apartado de realidad virtual que te sitúa en un paisaje de la prehistoria y que si te miras a ti mismo tu cuerpo también te ves como un hombre primitivo.

La exposición vikinga me decepciona un poco, pero es que la anterior había puesto el listón altísimo. Y eso que, como hay la reunión vikinga, muchos de los participantes han venido a ver también el museo, todos con sus caracterizaciones cuidadas al máximo según la zona de la que vienen. Así que igual estabas viendo una cabaña vikinga y de repente se te ponían un par de enormes vikingos a cada lado con sus trajes de piel y cascos. !Ups! También había vikingas pero no vi vikinguillos.

En el museo nos dicen que la reunión es en la playa y nos indican la dirección a seguir, pero no hace falta, solo tenemos que seguir el reguero de gente. Junto al museo hay lo que parece una reproducción de una antigua iglesia cristiana vikinga.

Parece ser que ha caído la mundial mientras estábamos en el museo. De esa nos hemos salvado, pero la lluvia ha convertido los caminos, a través de un bosque precioso, en monumentales barrizales y conforme la gente va yendo hacia allí están cada vez peor.

Después de ponernos de barro hasta los tobillos y evitar varias caídas, pasamos por un antiguo molino de agua y un restaurante y 800 metros más allá el bosque se abre y está la entrada. El ticket del museo sirve, asi que eso que nos ahorramos. Con nosotros viene el hijo de uno de los corredores de 17 años. No paga nunca nada. Todo lo cultural es gratis para los menores de 18 años. Un chollo para ellos.

La reunión es algo más que el mercadillo que nos habían dicho. Durante el verano se celebran varias de estas concentraciones de amantes de la cultura y tradiciones vikingas. Viene gente de todos los países que han tenido asentamientos vikingos, lo que equivale a decir que de toda Europa, con especial presencia de los países bálticos, eslavos y Gran Bretaña. Todos llevan sus vestidos, como he dicho, cuidado hasta el más minimo detalles. Montan sus tiendas, de estilo vikingo por supuesto, y están varios días allí. Sacan sus mercancías y las venden como hacían sus antepasados ya que los vikingos eran también grandes comerciantes aunque no dejaban escapar oportunidades de rapiñar si veían la ocasión y el botín valía la pena.

Caminando o más bien resbalando por el lodazal veo los herreros, los zapateros, los tejedores, los alfareros, los joyeros, etc. Muchos te dan una tarjeta con su página web para que puedas hacer pedidos online. Pero si quieres comprar un buen hacha vikinga o un escudo, este es tu sitio. por cierto los cascos vikingos no llevaban cuernos. eso es cosa de Hollywood para hacerlos parecer más terribles. Aquí es poco menos que un sacrilegio intentar vender cascos así.

En la playa han puesto una barbacoa y también hay una tienda de campaña alargada que se asemeja a las típicas casas vikingas donde puedes y beber algo, quizás hidromiel, no me fije, mientras un grupo de músicos tocas melodías medievales.

También hacen simulacros de peleas, pero al poco de llegar, oímos que debido al barro y lo resbaladizo del terreno se ha suspendido. ¡Lástima! Vemos, eso si, que han puesto una especie de cuadrilátero donde suponemos habrá luchas singulares pero se hace tarde y hay que volver.

De vuelta, por el mismo camino que a la ida, la experiencia nos hace buscar mejores caminos, pero llegamos al coche con barro ya hasta las cejas

Vamos hacia el estadio. Hay la final de 1500 de uno de los del grupo y las de triple. Me he perdido las de mi categoría pero puedo ver la de la categoría en la que entro el año que viene.

El 1500 no va bien y queda 5º. Tenía mejores aspiraciones. Del triple veo tres categorías y en la futura mía un buen amigo y rival queda subcampeón de Europa. Al acabar todas vuelvo con uno de mi club y otro buen amigo hacia el centro de la ciudad. Es el cumpleaños del de mi club y nos ha invitado a unas cervezas lo cual, dado el precio del alcohol por aquí, no es nada desdeñable.

En el autobús pruebo mi app del bus que hay aquí. Pagas 10 billetes a un precio reducido y cuando vas a subir al bus das la señal de inicio en el móvil. A partir de ahí tienes para viajar una hora. Creo que me he precipitado y no voy a gastar los billetes en mi estancia en Aarhus.

El Bus nos deja bajo un puente y tengo un flash de la primera noche que estuve aquí hace 11 años y, muy cansados y un poco desorientados, cojimos el bus hacia la escuela de jardinería de Beder, nuestro alojamiento, tras 30 horas de tren desde Barcelona. El recuerdo estaba escondido y olvidado bajo muchas capas y ha salido a la luz de golpe. Me encanta cuando me pasa esto y recupero algún recuerdo.

Donde íbamos a ir nos dicen que la cocina ya está cerrada. ¿Dónde nos creemos que vamos a las 21:15 de la madrugada? Así que bajamos al canal y probamos suerte en otra. Aquí la cocina cierra a las 21:30 y son y 25, Si pedimos rápido nos atenderán. ¡Menos mal! ¡Por los pelos!

Somos un M-35 y dos M-55. La cena me confirma que soy hijo de mi tiempo y que los gustos (libros, música, películas) y experiencias, incluso a la hora de viajes, son muy similares en gente de edad parecida.
Después de una buena velada nos separamos al salir. Me pongo música, saco la cámara y aprovecho para hacer fotos camino de casa, a unos 15-20′. Modo  Zen.

Paso por el enorme parking de bicis junto a la estación y, al llegar a mi calle, me atrapa la visión de la “no noche” de Aarhus. La calle es estrecha y poco iluminada por farolas amarillentas que cuelgan de cables. Al final de ella, encajonado entre las casas, se ve un fragmento de cielo más claro sobre uno oscuro, de modo que no sabes si está anocheciendo o amaneciendo. Hago varias pruebas que no acaban de convencerme.

En estos casos me gustaría más ser pintor o tener más técnica para reflejar lo que estoy percibiendo.

De vuelta a casa bromas sobre el trasnochador que llega a casa a las 24:00, aunque luego nos quedemos hablando hasta la 1, sabiendo que la luz del día nos despertará antes de las 6.

Día 29 de Julio, Sábado- Odense

Día 29 de Julio, Sábado- Odense

En tren : 289 km – 3 h 0 min – azul oscuro
A pié: 8,3 km – 1 h 44 min – azul claro

 
El día no comienza bien. Llueve bastante y es día de excursión. Vamos dos del grupo, el resto compite o debe entrenar o descansar.

La experiencia nos dice que en los países nórdicos ese no es motivo para quedarse en casa dado la variabilidad del clima. En el radar pone lluvia pero detrás de ella parece despejado de momento.

Vamos hacia el sur, Skandeborg, Hordens, Vejle, Fredericia y entramos en la isla de Fionia, separada de Jutlandia y Sjaelland por dos estrechos. El pequeño Belt y el gran Belt. Antes era necesario coger ferries para cruzarlos, ahora hay puentes y túneles que los atraviesan.

Se tarda una hora y media, durante la que atravesamos la llana campiña danesa hoy oscura y lluviosa. Así debe ser la mayoría de los días del año, incluso con menos luz.

Los trenes daneses son fantásticos, con sus enchufes para cargar o conectar móviles o portátiles y wifi, y muy cómodos. Los trayectos no se hacen en absoluto pesados. Se puede subir bicicletas, con y sin reserva, pero si no tienes estás a expensas que no quepas. He visto alguna discusión con los revisores al respecto. Lo mismo ocurre si llevas reserva de asiento o no. En los trayecto hacia el Alemania, a partir de Fredericia, es mejor llevar o puedes hacer el resto del trayecto de pie.

La charla hace que el trayecto nos parezca muy corto. Odense nos recibe con fuerte lluvia y viento que amenaza con doblar nuestros paraguas.

Frente la estación hay una extraña estatua (que no nos gusta), y un parque, que resulta ser el parque real, al final del cual se encuentra el castillo y a la derecha el teatro de Odense.

Pasado el parque giramos hacia la izquierda sin tener ni idea de hacia adonde vamos. Lamentable no haber echado un vistazo a Google maps para planificar un poco la visita. Estoy perdiendo facultados o quizás sea que cada vez me importa menos saber lo que hay y prefiero descubrirlo.

Nos encontramos con unas marcas de pies, a modo de pisadas, marcados en el suelo. Descubrimos que se trata de al parecer de los paseos que hacía Hans Christian Andersen por su ciudad natal. Cuando los dos pies dejan de caminar y se juntas es que estamos frente a algún lugar importante en su vida y nos invita a parar a mirarlo.

No os voy a hablar mucho de Andersen, podéis encontrar su biografía en wikipedia, he oído que medía sobre 1.85 y que la media de la población de aquella época en Dinamarca era de 1.60 (si es cierto es sorprendente), con lo cual destacaba sobre manera y seguro que le hizo sentirse como en su cuento, “el patito feo”. Venía de una familia muy humilde, mal estudiante y fue un empedernido viajero y escritor de cuentos, operas y poemas. Me identifico plenamente con una de sus frases “viajar es vivir”.

Siguiendo pues su huellas bajo la lluvia desembocamos en la plaza del ayuntamiento, frente a la catedral de San Knud (Canuto IV).

En la iglesia nos enteramos de que que el considerado como el ultimo rey vikingo, y su hermano fueron asesinados por campesinos descontentos en la cercana iglesia de san Albano hacia donde nos dirigimos, saliéndonos de las huellas.

Por suerte, mientras estábamos en la iglesia ha dejado de llover y poco a poco el sol y la temperatura van ganado terreno

Como San Albano está en obras nos desviamos y acabamos por casualidad en el parque de HC Andersen, muy bonito, con carteles de alguno de sus cuentos en los que puedes meter la cabeza y hacerte una de esas fotos que todos criticamos pero que todos nos hacemos como recuerdo.​

Por encima de San Albano y cerca de la casa de conciertos de Odense nos encontramos con un barrio precioso de casitas bajas de diferentes colores y calles empedradas, donde está su casa.

Para mi gusto es lo más bonito de Odense. En la misma manzana se encuentra un complejo turístico, con acceso a su casa y un pequeño parque con un lago y un teatrillo con forma de castillo donde un actor que lo representa nos hace un pequeño resumen de algunas de sus obras más famosas con pequeños actores para delicia de un montón de chiquillos que están tomando el sol en la hierba y nos permite descansar y hacer incluso una pequeña siesta.

 

Después comemos en uno de los chiringuitos asiáticos de la plaza donde podemos ver a un autentico imbécil, padre de familia para más desgracia, bromear groseramente con los del chiringuito, madre e hijo, saludándoles en chino y al enterarse que eran vietnamitas, preguntarles por Ho Chi Minh y cosas similares.

Para olvidar.

Para completar nuestra visita y buscando la ópera, atravesamos todo el centro de Odense y vamos hacia el sur. Allí nos topamos, no se puede decir de otra manera, con la Ansgars Kirke, iglesia protestante, con unas esculturas, cuanto menos curiosas por no decir sospechosamente sexuales en su parque anterior, que está cerrada.

Poco más adelante no encontramos con un edificio que pone opera – teatro pero es muy pequeño. Será para funciones sencillas.

El descubrimiento es el que hacemos frente a el. El precioso parque Munke Mose. Una maravilla para los niños y las familias, con atracciones muy bien pensadas para los más pequeños.

 

Un poco reventados emprendemos la vuelta hacia el tren que está bastante más lejos de lo que pensábamos. nos reencontramos con la extraña escultura y  el parque real. Según mi reloj hemos andado más de 20 kilómetros, 8 según google.

 

Ya en la estación mi compañera se pone a conversar con el del super donde hemos entrado a comprar provisiones acerca de del café danés y una modalidad que se llama “cortado” como en español. Quiere saber si es lo mismo. Luego como funciona la máquina automática y, cuando nos queremos dar cuenta está a punto de salir nuestro tren, así que carrerita y lo cogemos por piernas y en ultimo segundo, como de costumbre.

Vuelta a Aarhus, larga, pero bonita al atardecer.

Día 28 de Julio, Viernes- Aarhus – Campeonatos y Visita Ciudad

Día 28 de Julio, Viernes- Aarhus – Campeonatos y Visita Ciudad

 

4,2 kms – 50 min. caminando (azul claro)
5,6 kms – 22 min en bus (azul oscuro)

Hoy campeonatos.Despertarse en un apartamento con 5 personas tiene su qué. Unos que madrugan más (yo soy de estos) y despiertan a los demás. Colas para él lavabo, conversaciones cruzadas y desayuno animado.

Vamos en coche. Hay dos aparcamientos grandes. Aprovecho para bajar una app para comprar un bono de 10 viajes. Él 11 es él que nos deja mas cerca. Unas 140 krs, unos 20€, si no costarían 200 krs. Él cálculo viene a ser dividir las coronas por 7.

En el estadio sigue la tónica de lluvia, sol y viento. Veo y fotografío algunas eliminatorias de 100 mts.

​En muchos campeonatos hay restaurantes, donde los atletas desayunan y comen a buen precio, esperando sus pruebas o al terminarlas. Suele haber menús y comida sana.

Aquí tenemos hamburguesas, pastas y salchichas. Y cafés y cervezas, repartidos en dos chiringuitos, inteligentemente repartidos, donde, en uno compras la comida, y la pagas, y en él otro la bebida, y la vuelves a pagar.

No suelo, pero tengo hambre y me compro una “salchicha danesa”, que está buenísima y una cerveza. Menú de atleta. Me cuesta acabarla y luego voy a hacer fotos de las pruebas.

Los campeonatos de Aire Libre son un poco más caóticos que los indoor. Las competiciones se reparten en 15 días y cada uno va a lo suyo. Es difícil hacer equipo. La gente va más en grupitos.

Aún así se comparte información y nos informan de un buffet sobre la estación del tren donde se come bien y barato, cosa difícil de creer.

De vuelta a la ciudad se completa el grupo con más atletas y se dan un atracón en él buffet. Después a descubrir la ciudad básicamente recorriendo la isla peatonal.

Entramos en un varias tiendas, comparando precios y reconociendo el terreno. Yo compro té otros miran ropa deportiva. El grupo se va separando y juntando entre la marabunta de gente.

Llegamos hasta el canal y un poco más allá hasta la Catedral, cerrada.

Junto a la Catedral, frente a una plaza está el teatro. Luego por unas calles estrechas con casas interesantes pasamos por la estación de autobuses y llegamos a la del tren y de ahí a casa.

Cuando llegamos a una ciudad o sitio nuevo vemos elaborando un mapa mental que vamos completando durante el tiempo que estrenos en ella. Es típica la frase “ahora que sé donde está todo tengo que marchar”. Y es así. El mapa es tanto más completo cuanto más hayas recorrido la ciudad. Pero cuando ya has estado, ese mapa primigenio no está en blanco y a medida que la vas recorriendo se van activado zonas y recuerdos en tu cerebro.

Y es lo que me pasa aquí. Estuvimos en Aarhus hace 13 años y al pasear, poco a poco recuerdas la catedral, la plaza, el canal… Hay recuerdos ilocalizados, que aparecerán de golpe, y zonas nuevas o que han cambiado completamente. Y Aarhus a cambiado, y mucho.

Cenamos todos en casa. Hemos traído comida que hay que acabar.

Día 27 de Julio, Jueves – Aarhus – El Estadio

Día 27 de Julio, Jueves – Aarhus – El Estadio


Tras dejar todo él equipaje en el apartamento salimos hacia las pistas, mapa en mano. A pie tardamos 20′, aunque los de fondo opinan que puede ser más rápido. Para un saltador como yo, ni loco, pero ellos se lo plantean.

La llegada al estadio va despertando recuerdos dormidos de hace 13 años, cuando él campeonato también fue aquí.

En esa época, la organización ponía un “shuttle”, un bus lanzadera que pasaba por todos los hoteles y albergues de la organización. Además con la acreditación teníamos todo él transporte público gratis. Los tiempos han cambiado. Él shuttle solo pasa por los dos hoteles más caros y él transporte público ya no es gratis.

En él frontal del estadio ya no pone Athletion, ahora se llama Ceres. Recojo mi acreditación aunque no voy a competir. Una bolsita con él dorsal, la acreditación, él book y una entrada gratis al Tívoli, pero no podemos montar gratis en ninguna atracción.

Está toda la zona merchandising. Antes podías encontrar buenas ofertas Outlet. Ahora cada vez es más caro. Este año no le he prestado atención, tampoco a los stands de los próximos campeonatos. A ver si algún día me pasó.

En él estadio están haciendo las eliminatorias de 100 de chicas. Hacemos en general buen papel. Se clasifican bastantes. Algunas ganando su serie.

Él tiempo va loco. Cambia constantemente. Ya pronto cae un diluvio, cómo hace viento o sale el sol y te quema. Él “four seasons in a day” escocés aquí es “four seasons in an hour“.

Mientras tanto llega él resto del grupo que ha venido en coche desde Barcelona. Esta claro que nos van los viajes largos.

De vuelta a casa llega la organización del espacio. Para mí el sofá. Esperamos no haber hecho demasiado ruido y molesto a los vecinos. Sigue él descubrimiento de la casa. La dueña se ha dejado realmente todo. Cosas que no diré por discreción pero curiosas y contradictorias.

Al final, sobre la una nos hemos explicado nuestros viajes y se tranquiliza todo.

 

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